domingo, 26 de enero de 2014

Un solitario Adam...

Orden en el desorden...Aunque todo pareciera un galimatías había ciertas pautas en ello, algunas reglas casi imperceptibles que descartaban el puro caos, que denotaban un sentido en el sinsentido. Prestando la suficiente atención descubrías que todo surgía de unos preparativos…Las provisiones acumuladas eran para una cercana batalla, algunos alimentos sanos en un sinfín de comidas precocinadas, barritas energéticas escondidas y desperdigadas. Garrafas y botellas de agua, bebidas isotónicas en el salón, energéticas en la habitación. Por lo demás un portátil con mucha música y alguna que otra película para ojear. Este era el ambiente al que nos gustaba viajar, en el que encerrarnos un viernes y no regresar hasta que la semana siguiente nos viniera a llamar, ese mundo donde resurgía junto a tu rostro cambiante en distintos cuerpos. En ese rincón apartábamos las preocupaciones, los dilemas, los agobios, el estrés, las prisas, los conflictos,… todo eso quedaba al otro lado de la puerta. Creamos un mundo lleno de posibilidades, donde desconectar, donde pasar las horas ajenos, tu mi Eva y yo tu Adam, disfrutando de los pecados hasta no poder más. Sexo apasionado hasta no poder más, ver una película y antes de llegar a la mitad ya tenerte sentada encima… quemarse la comida por revolcarnos encima de la mesa, salir más sucios de la ducha que antes de entrar,…

En días invernales como este, en los que el mal tiempo agobia, sin saber qué hacer, quisiera encerrarme con alguna Eva en algún lugar, olvidar lo demás, revivir esas experiencias. Solo amor, sonrisas, pasión, complicidad,... que al menos durante 48 horas seamos dos esencias de un mismo pecado, dos ecos de un beso, dos rostros de la misma sonrisa que jamás se borrará.

miércoles, 22 de enero de 2014

Sino me hiciera dudar...

Otra mañana fría, en la que el sol, aunque presente, parece no funcionar. Una vez más me toca hacer de chófer, de acompañante y criado, y en general no está mal, salvo por los ratos enormes de espera en los que nunca sabes cuánto tiempo tendrás que estar ahí esperando. De modo que tras el primer alto en la jornada, me dispongo a buscar una cafetería para tomar mi segunda dosis de energía líquida. Cuando por fin encuentro una cafetería me invade la alegría, al menos hasta cruzar el umbral. La densa atmósfera me aplasta nada más entrar, aire cargado de olores a bollería y decenas de colonias que se mezclan volviéndolo una sustancia desagradable para respirar, y un bullicio que despierta mi fobia social. Mientras me planteo si salir de nuevo una pareja mayor se levantan de una mesa, y por fortuna para mí, está en la parte más recóndita del local. Inspiro profundamente y me lanzó a la aventura, me siento cuál Indiana Jones urbanita, sorteando obstáculos y peligros mientras recorro apresuradamente los pocos metros que me separaban de la mesa.  Ahora a esperar a que el ajetreado camarero disponga de un momento y consiga llegar sorteando la marabunta de personas que abarrotan el lugar, al menos hoy no tengo prisa.

Entonces el día mejora en un parpadeo, cuando la descubro en la otra punta del local como una flor brillante sobre la nieve invernal, una mota intrigante en un cuadro plomizo y tedioso. Intercambios de miradas, sonrisas tentadoras que me hacen olvidar la peste del lugar…me sonrojo cuando el camarero me toca en el hombro para sacarme del sueño. Un poco avergonzado pido mi  café y lo pago por adelantado…no vaya a pasar por más vergüenzas…luego te levantas, y cruzas la puerta del local, una última mirada furtiva que me acaba de hacer temblar… lastima no haberme levantado e irte a buscar, tal vez lo que después se me paso por la mente se hubiese vuelto real, podríamos haber sido dos luces sin nombre creando una sola sombra.

viernes, 17 de enero de 2014

Un nuevo renacer.

Puede que esto sea retornar de nuevo a la vida, volver a sentir la sangre fluir, recorriendo cada centímetro de tu aturdido cuerpo. Es un nuevo amanecer en el que el aroma a primavera se filtra entre el tufo a humedad podrida, en el que las tinieblas de la permanente tempestad se quiebran con cada colorida saeta que anticipa un verano que llega con retraso. Abrir los sentidos para descubrir danzantes formas irisadas cebándose del tapiz monocromo  que envuelve tu vida, esa burbuja que condensa la agonía, que destila tus miedos para envenenarte con su esencia mientras sueñas y que al fin se va desvaneciendo…

En algún momento a lo largo de la efímera noche mi ser, mi propio yo, salió de su letargo, de su larga y fría hibernación. ¡Qué extraña y dulce sensación la de volver a sentir! Es como si hubiera recordado de repente el lugar donde se esconde un gran tesoro, lleno de reliquias inmensurables, como si el niño que hace tiempo fui encontrara el camino hasta mí, aquel que hace tanto que el mundo adulto me arranco regresara para traerme las ganas de vivir. Sigue habiendo enormes agujeros en mi alma que no se han cerrado, hay carencias en mi vida que tal vez nunca se cubran, siempre tendré bolsas de tristeza almacenadas en lo más profundo de mi ser, con sus fugas y escapes, pero ahora vuelvo a ser más que un cuerpo, más que la sombra de lo que fui. Al fin siento tantas emociones y tantos deseos… quiero levantarme y correr descalzo por el asfalto ardiente bajo el sol estival, saltar en los charcos y el barro hasta parecer un golem, rodar sobre la fresca y verde hierba, lanzarme al agua de un rio y bañarme desnudo bajo la luna llena, tumbarme sobre la seca tierra cuando estalla la tormenta y sentir el agua deslizarse sobre mí, hacer muñecos de nieve y guerras de bolas,… Tengo ganas de ser un iluso soñador, un bohemio romántico, un mujeriego empedernido, un impulsivo vergonzoso,… tengo ganas de volver a ser quién fui. 

lunes, 13 de enero de 2014

Presente pasado

El presente y el pasado se me mezclan y se confunden ante mí. Déjà vu del lastimoso pretérito en el que el sueño fue una pesadilla de la que no puedo salir. Huellas y más huellas, superficiales y profundas, suaves y ásperas, dulces y amargas,…buenas y malas, pero entre todas ellas la tuya siempre destaca, fístula que rezuma aún restos de la ponzoña que dejó en mí, que impide que olvide todo lo que te llevaste de mí. En mi juventud despertaste el amor en un corazón torpe, inmaduro para sentir. Me convenciste de todo con tus besos, olvide el resto por tus manos, me guiaste con murmullos, me hiciste tuyo cada noche entre tus brazos, me extasiaste entre tus piernas y con tu pasión me convertiste en tu esclavo… En ti crecí… y me hiciste hombre para ti. Pero nada era real, sólo me mostraste mentiras y falsa realidad. Descubrí el juego al final de la partida, apuestas echas y la mano perdida. Ya era tarde, pero descubrí la verdad. Eres un ser despiadado y mezquino sin igual, egoísta por naturaleza, y que no puede cambiar.

domingo, 5 de enero de 2014

La sombra del que vivió en mí.

 La verdad es que estas conversaciones son como ciclos imposibles de evitar, catástrofes no naturales en las que te vuelves huracán y arrasas tu propia serenidad. Siempre te doy la razón en esto, no te la voy a negar, nunca lo he hecho. Puede que lo oculte todo y no muestre mucho que sea verdad, pero tan sólo no se encuentra lo que nadie quiere buscar. Poco de lo que escondo es algo que nadie sepa ya, y si lo hago es por cortesía de no molestar. Me he vuelto un cobarde que prefiere no arriesgarse a ganar, dar las batallas por perdido antes de siquiera empezar, renunciar a todo por no perder nada. Vivo una vida cautiva de mi mismo, de mis temores y miedos, victima de mis errores e incapaz de perdonárselos… Sé que soy la perfección…de la imperfección, sólo una sombra de quien fui, pero seguiré siendo tan sólo esto porque el pasado no se puede cambiar, porque cada vez que abro los ojos descubro una realidad diferente, cada pestañeo es un viaje sideral a un universo lejano y extraño. Vago confuso mientras alterno entre diferentes existencias en una eterna condena a no comprender ni ser comprendido, a no conocer ni ser reconocido. A mi alrededor todo se vuelven dibujos de siluetas, bocetos no acabados ni definidos, líneas a veces rectas y otras curvas, conceptos desconocidos y formas imposibles. Puedo sentir que me difumino, lentamente, que mi ser se diluye como una gota de sangre en el mar. Me vuelvo una ecuación sin constante, una asíntota a mi esencia, perdida hace tiempo en algún lugar.

viernes, 3 de enero de 2014

Cuando a veces recuerdo

Recuerdo el tacto de las sábanas mojadas, la línea de frío a tu piel arrimada, el olor de la mañana cuando tu aroma me despertaba, el murmullo del silencio cuando ninguno hablaba, el deseo en la mirada reflejada. Recuerdo nuestros paseos bajo la continua llovizna y las tenues y anaranjadas farolas en aquel invierno. Recuerdo la primera vez que nuestra ropa alzo vuelo, y el abrigo en tu lecho. Recuerdo tu espalda y tu forma de jugar en mi pecho, nuestros cuerpos cambiados y el calor intenso. Recuero tu rostro porque aún dormido lo veo, recuerdo tantas cosas por más que me esfuerzo, lo recuerdo todo, más aún del final el tormento.  

jueves, 2 de enero de 2014

Primeras palabras

Palabras de un necio buscando quien las vuelva sabias, esencia perdida entre pesadillas y desesperanzas, desazón que alimenta ecos de murmullos mudos que no se pueden pronunciar. Pasos y más pasos, lejanos y cercanos, errando en busca de un acierto que no llegas a encontrar. Al fin eso soy, sombra bañada en luz, que nadie consigue observar, el que grita en el silencio de una mirada de falsa felicidad, el que se muestra cuando nadie ve,… tan sólo inane esencia encarnada sin ánimo ni finalidad.