Otra mañana fría, en la que el sol, aunque presente, parece
no funcionar. Una vez más me toca hacer de chófer, de acompañante y criado, y
en general no está mal, salvo por los ratos enormes de espera en los que nunca
sabes cuánto tiempo tendrás que estar ahí esperando. De modo que tras el primer
alto en la jornada, me dispongo a buscar una cafetería para tomar mi segunda
dosis de energía líquida. Cuando por fin encuentro una cafetería me invade la
alegría, al menos hasta cruzar el umbral. La densa atmósfera me aplasta nada
más entrar, aire cargado de olores a bollería y decenas de colonias que se
mezclan volviéndolo una sustancia desagradable para respirar, y un bullicio que
despierta mi fobia social. Mientras me planteo si salir de nuevo una pareja
mayor se levantan de una mesa, y por fortuna para mí, está en la parte más recóndita
del local. Inspiro profundamente y me lanzó a la aventura, me siento cuál
Indiana Jones urbanita, sorteando obstáculos y peligros mientras recorro
apresuradamente los pocos metros que me separaban de la mesa. Ahora a esperar a que el ajetreado camarero
disponga de un momento y consiga llegar sorteando la marabunta de personas que
abarrotan el lugar, al menos hoy no tengo prisa.
Entonces el día mejora en un parpadeo, cuando la descubro en
la otra punta del local como una flor brillante sobre la nieve invernal, una mota
intrigante en un cuadro plomizo y tedioso. Intercambios de miradas, sonrisas tentadoras
que me hacen olvidar la peste del lugar…me sonrojo cuando el camarero me toca
en el hombro para sacarme del sueño. Un poco avergonzado pido mi café y lo pago por adelantado…no vaya a pasar
por más vergüenzas…luego te levantas, y cruzas la puerta del local, una última
mirada furtiva que me acaba de hacer temblar… lastima no haberme levantado e
irte a buscar, tal vez lo que después se me paso por la mente se hubiese vuelto
real, podríamos haber sido dos luces sin nombre creando una sola sombra.
lástima :/
ResponderEliminarSi...tengo que aprender a lanzarme sin miedo al rechazo
Eliminaroh....
EliminarEso pienso yo cuando veo que es extremadamente poco común que sean las mujeres ( a estas edades ya...) las que den el primer paso xD
EliminarBueno, los días grises también son bonitos, pero es que ya se añoran los días primaverales después de esta racha de lluvia...Esperemos que mañana a ambos nos lo alteren para bien. Muacks!
ResponderEliminarEl final pudo ser de película, pero ocurrió lo más normal...
ResponderEliminarNormal??no me gusta nada esa palabra, el significado que se le da de común o frecuente xD xD. A mi ver lo normal es que nos dejáramos llevar y fuésemos más naturales y exponentes, creando siempre películas, buenas o malas. Un besin....
Eliminar"una flor brillante sobre la nieve invernal"... me encanta la frase y esos flechazos con desconocidas en los no-lugares. Deberíamos atrevernos más a seguir lo que la ilusión nos susurra en el oído.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el texto! :)
Un beso!
Gracias!! La cuestión es no dudar...ya que un instante de duda y todo se esfuma. Muacks!
EliminarTe he imaginado, látigo en ristre y con sombrero por montera, saltando por encima de mesas abarrotadas de abuelitas desayunantes, carritos de bebé sin control, caniches agazapados dispuestos a morder tobillos...
ResponderEliminarLo de lanzarse a por una desconocida es complicado, y más para los fóbicos sociales... pero has tenido uno de esos momentos mágicos en que la miraste y te miró.
Un beso.
Casi casi, solo sustituye el látigo por un portafolios y el sombrero por un gorrito. Conocida o desconocida, lanzarme nunca fue lo mío, no aprendí a dar el primer paso, como se hace, toda la seguridad que tengo en lo demás me falta en eso.
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