El presente y el pasado se me mezclan y se confunden ante mí.
Déjà vu del lastimoso pretérito en el que el sueño fue una pesadilla de
la que no puedo salir. Huellas y más huellas, superficiales y profundas, suaves
y ásperas, dulces y amargas,…buenas y malas, pero entre todas ellas la tuya
siempre destaca, fístula que rezuma aún restos de la ponzoña que dejó en mí,
que impide que olvide todo lo que te llevaste de mí. En mi juventud despertaste
el amor en un corazón torpe, inmaduro para sentir. Me convenciste de todo con
tus besos, olvide el resto por tus manos, me guiaste con murmullos, me hiciste
tuyo cada noche entre tus brazos, me extasiaste entre tus piernas y con tu pasión
me convertiste en tu esclavo… En ti crecí… y me hiciste hombre para ti. Pero nada
era real, sólo me mostraste mentiras y falsa realidad. Descubrí el juego al
final de la partida, apuestas echas y la mano perdida. Ya era tarde, pero
descubrí la verdad. Eres un ser despiadado y mezquino sin igual, egoísta por
naturaleza, y que no puede cambiar.
El final que por desgracia es el más habitúal, pero al menos los momentos buenos siempre estarán ahí.
ResponderEliminarBesos!
De todo se aprende, tanto de lo bueno como de lo malo. Un beso
EliminarEs duro aceptar que aquella persona que creíamos especial no lo es en absoluto. Duro de aceptar y casi imposible de olvidar... Pero como bien dices de todo se aprende, y eso es lo importante, aprender y seguir aprendiendo.
ResponderEliminarUn beso! :)
Lo más duro es descubrir las mentiras y falsas verdades, pero tenemos que vivir con ello, quién no ha pasado por eso?!?! Gracias por pasarte, besines.
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